El cambio climático no solo es un fenómeno ambiental que está causando estragos en el planeta, sino que también está provocando un importante problema de salud pública.
A medida que aumentan las temperaturas globales, se modifican los patrones meteorológicos y se intensifican fenómenos como la olas de calor, la presencia de más polución ambiental y las tormentas de polvo, agravando o desencadenando enfermedades cardiovasculares y respiratorias, en especial, entre personas vulnerables como niños, ancianos y pacientes con enfermedades crónicas.
Por todo ello, diversos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) están advirtiendo que el impacto del cambio climático en la salud humana será uno de los grandes problemas a los que nos enfrentaremos a corto plazo.
Y hoy nos gustaría hacer hincapié en ello enumerando los principales trastornos de tipo respiratorio y cardiovascular que se están viendo afectados por el cambio climático según la evidencia científica.
Así está siendo el impacto del cambio climático
1.- Más asma y alergias respiratorias
El aumento de las temperaturas y la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera estimulan la producción de polen por parte de plantas alergénicas como el olivo o las gramíneas, además de que el periodo primaveral comienza mucho antes que años atrás. Esto se traduce en un aumento de las crisis asmáticas y de los síntomas alérgicos respiratorios como rinitis, estornudos, congestión y dificultad para respirar.
Asimismo, el ozono troposférico, que se incrementa con la radiación solar y el calor, es un irritante respiratorio potente. Su presencia en niveles elevados durante las olas de calor urbanas puede desencadenar síntomas agudos en personas asmáticas y pacientes con enfermedades pulmonares crónicas.
2.- Incremento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
La mayor contaminación del aire que viene de la mano del cambio climático, especialmente en grandes ciudades o zonas industriales, empeoran la EPOC por la acumulación de contaminantes como partículas en suspensión (PM2.5 y PM10), dióxido de nitrógeno (NO₂) y ozono.
Estos contaminantes penetran en las vías respiratorias, generan inflamación y deterioran la función pulmonar. Se ha observado un incremento en las hospitalizaciones por exacerbaciones de EPOC durante los picos de contaminación y calor extremo.
3.- Más infecciones respiratorias comunes
¿No tienes la sensación de que ahora coges un constipado intenso más veces al año que antes? Las variaciones térmicas extremas y la degradación de la calidad del aire resultado del impacto del cambio climático favorecen la diseminación de virus y bacterias respiratorias que hacen que cada día más personas sufren enfermedades y trastornos de tipo respiratorio.
Patógenos como el virus respiratorio sincitial (VRS), la gripe o algunos tipos de neumonía bacteriana se ven beneficiados por estos cambios ambientales. Además, los incendios forestales, más frecuentes e intensos por la sequía y el calor, emiten grandes cantidades de humo y partículas finas que reducen la inmunidad local en las vías respiratorias, aumentando la susceptibilidad a infecciones.
4.- Más accidentes cardiovasculares
Las olas de calor tienen un efecto directo sobre el sistema cardiovascular. La exposición a temperaturas extremas genera vasodilatación periférica y deshidratación, lo que aumenta la viscosidad sanguínea y la carga cardíaca. Esto puede desencadenar infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardíaca, especialmente en personas mayores o con antecedentes cardiovasculares.
Por otro lado, los contaminantes atmosféricos inhalados inducen una respuesta inflamatoria sistémica que afecta a las arterias coronarias y favorece la aparición de eventos cardiovasculares agudos. Estudios epidemiológicos han demostrado una correlación clara entre la exposición crónica a contaminantes como el PM2.5 y un mayor riesgo de infarto, hipertensión arterial y muerte súbita cardíaca.
5.- Hipertensión y disfunción endotelial
El estrés térmico y la contaminación del aire alteran la regulación vascular y la función endotelial. Esta disfunción promueve la aparición de hipertensión arterial, que es un factor de riesgo clave para múltiples patologías cardiovasculares. Además, el estrés oxidativo inducido por los contaminantes daña el tejido vascular, acelera la aterosclerosis y compromete la salud del corazón a largo plazo.
Conclusión
El impacto del cambio climático es ya una amenaza real para la salud respiratoria y cardiovascular, cuyos efectos se notan más intensamente en entornos urbanos densamente poblados. En estos momentos, cuidarse es más necesario que nunca, prestando especial atención a la alimentación y la práctica deportiva.